Cómo ayudar a tus hijos a ser más solidarios

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Los valores no se aprenden ni se imponen. Es nuestro ejemplo, nuestro modelo el que ayudará a inculcarlo en nuestros hijos. Si no los ven en nosotros, difícilmente los podremos transmitir. Por ello, será en casa donde se pondrán las bases para ser solidario. Habrá que hacerlo con paciencia y comunicación.

Y no hace falta salir para empezar a hacerlo. En casa, como en ningún otro sitio. Dentro del hogar, con los más próximos, se puede poner en práctica el valor de la colaboración y la cooperación, muy importantes para desarrollar la solidaridad. El ámbito familiar es la base de la sociedad, y si ahí no nos ayudamos unos a los otros, fuera es complicado que esto ocurra. ¿Qué tal, entonces, si hacemos más cosas juntos y, por ejemplo, compartimos las tareas domésticas entre todos? Además, hay que tener en cuenta que las responsabilidades domésticas refuerzan la autoestima y favorecen la autonomía de los niños.

Para ello, cada uno deberá tener al menos un encargo diario que repercuta en los demás. Y, por supuesto, siempre que quieran colaborar, no dudes en aprovechar su ofrecimiento. La escucha es esencial. Las tareas deben ser acordes a su edad. Los más pequeños pueden regar las plantas, buscar sus pañales y toallitas y, más adelante, pueden hacer su cama (si es sencilla) y poner la mesa. Ya en primaria podrán hacer de pinche (o algo más) en la cocina, doblar la ropa, pasar la aspiradora, limpiar su cuarto y sacar al perro, por ejemplo. Los más mayores pueden tirar la basura, pintar las paredes, planchar, limpiar el baño, vigilar a su hermano y hacer la compra.

Cómo ser solidario con los demás: en la calle, pequeños gestos hacia tus vecinos

Los recados, las obligaciones diarias, el trabajo… nos hacen muchas veces meternos en nosotros mismos y no mirar más allá. En la calle andamos mirando al suelo, al móvil, a que no nos pille el coche o la bici… Los niños, sin embargo, se paran a coger una hoja del suelo (¡no se cogen cosas del suelo!), leer un cartel (si están aprendiendo a hacerlo) o les llama la atención las discapacidades de las personas. ¿Y si vamos con más tiempo (o no) y, como nuestros hijos, nos fijamos en quienes nos rodean y les ayudamos? La anciana que cargada con bolsas no puede abrir la puerta del portal, el sintecho que pide una limosna en la entrada del banco, el joven que espera en la cola con solo una barra de pan en sus manos, el desorientado que busca una dirección…  Un gesto, una moneda (o billete), un sitio, una conversación… Dar nuestro tiempo y ejemplo hará que también los más pequeños se fijen en ello, lo repitan en el futuro o nos pidan que lo volvamos a hacer en otro momento. Por educación, pero también por solidaridad.

Aprovecha cada evento solidario

Seas o no de la AMPA del cole (si lo eres, tu vástago seguro que valorará ese tipo de voluntariado), sabrás si en el centro organiza una recogida de alimentos, juguetes, ropa… Hazle protagonista a tu hijo y que elija algo suyo o de la familia con lo que colaborar. En tu barrio o municipio harán estos días alguna chocolatada, un rastrillo o un evento solidario para recaudar fondos. Siempre que puedas, no te pierdas uno, y, por supuesto, intenta que tus hijos te acompañen. Tu participación en cada acto siempre deja huella.

Cuida tus compras y regalos

¿Te has parado a pensar cómo consumes? Cada vez que compras la fruta, adquieres productos sin control, vas de rebajas, eliges un regalo para un ser querido… ¿piensas de dónde viene ese alimento, en qué país se ha fabricado ese artículo, qué materiales se han utilizado o bajo qué circunstancias laborales han trabajado sus creadores? Apostar por productos de kilómetro cero o de proximidad, provenientes de comercio justo y siempre sin despilfarrar debería ser parte de un modo de vida en el que nuestros hijos también vean solidaridad hacia los demás.

Celebrar un cumpleaños o la primera comunión, donde los regalos (o parte de ellos) se traduzcan en material escolar, vacunas o comida para otros, también es otra forma de hacer entender a tus hijos que un consumo responsable también se muestra siendo generosos con el resto del mundo.

Ayúdale a compartir, prestar, turnarse y donar

Tú puedes donar sangre, dar de tu tiempo, prestar tu dinero… ¿y tus hijos? Los más pequeños también tienen cosas que pueden compartir con los demás, aunque les cueste. De hecho, hasta los cinco años, muchos consideran que todo lo que les rodea es suyo, solo suyo. Y es normal. Además, en estos tiempos resulta complicado que adquieran esa habilidad para evitar contagios, pero no imposible.

Dejar libre el columpio, que es de todos, para que otros lo disfruten es turnarse. Pueden intercambiar sus juguetes con otros niños y que se los devuelvan en otro momento o darles un paquete entero de su snackfavorito. Para fomentarlo, no cabe la amenaza; un refuerzo positivo siempre resulta aceptable y más efectivo. Sigue estos consejos de expertos. Pueden ser sus juguetes, cuentos, ropa, videojuegos… Escucha las ideas y propuestas que te plantea.

Anímale a participar en juegos sociales y colaborativos

¿Cómo ser más solidario con sus compañeros y amigos? La pandemia ha reducido nuestros contactos sociales, pero, siempre que se pueda, y manteniendo la distancia física recomendada y con la mascarilla obligatoria, los juegos sociales le servirán para aprender a ponerse en el lugar del otro y entender que todos, sin excepción, en algún momento necesitamos ayuda y debemos prestarla por un bien común. Tradicionales, como el pañuelito, o los juegos cooperativos fomentan el compañerismo, la participación, la perseverancia, el respeto mutuo, la integración… tan importantes para luchar contra el acoso escolar o la violencia de género.

 

Siempre que puedas, apúntale un club de tiempo libre, colonias y campamentos. La convivencia con otros niños de su edad en otro ambiente distinto al del centro escolar también contribuye a la implantación de valores en los más jóvenes a través de este tipo de juegos.

Cómo ser solidario con el medio ambiente

La casa de todos también nos necesita, y así debemos hacérselo ver nuestros hijos. Estar al día de las noticias medioambientales, leer cuentos donde la naturaleza es la protagonista, ver documentales de animales, desplazarse en bici o andando por zonas naturales destacadas de nuestro entorno, adoptar una mascota o conocer el ejemplo de personas comprometidas como Greta Thunberg o san Francisco de Asís nos ayudarán a la concienciación de nuestros niños por el cuidado del planeta.

Pero además de apostar en casa por un consumo responsable y sostenible, ahorrar agua y luz y usar menos plásticos y productos de usar y tirar, con estos juegos sobre el reciclaje es sencillo que hagan suyas las cuatro erres del ecologismo: reducir basura, reutilizar, reciclar y reparar.

Programad juntos un viaje solidario o acoged a un niño

Hoy en día, con la pandemia, es complicado viajar. Pero podemos planear juntos un viaje solidario con la familia para el próximo verano. Seguro que a tus hijos mayores (pre y adolescentes) la experiencia les marcará. Conocer otras culturas, costumbres, carencias y riquezas les ayudará a ser más empáticos.  Y las fotos, vídeos y músicas que traerán de allí se lo recordarán.

 

Otra forma de favorecer el respeto por la diversidad es el acogimiento temporal de un niño en nuestra casa. Más fácil es que sea un pequeño de nuestro entorno (programa de acogimiento familiar). En la actualidad resulta más complicado que provenga de otros países donde viven en orfanatos, con familias desfavorecidas, en climas extremos o en zonas contaminadas, como promueven asociaciones benéficas como Bikarte (con menores rusos o bielorrusos) o Afanis (saharauis). Pero cuando la pandemia lo permita, puede ser una alternativa más con la que fomentar la solidaridad en nuestros hijos.

Aunque siempre cabe la posibilidad de invitar a nuestra casa a merendar, o dormir, a ese compañero del cole que procede de otro país con otra cultura o que tiene alguna discapacidad. Así las diferencias que les separan se verán de forma muy distinta.

 

Fuente: Eroski Consumers

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