Cambiar nuestros hábitos es algo tan difícil, que requiere de una determinación que va desde la comprensión misma hasta de lo que somos, qué hacemos en este mundo, para qué estamos, para que servimos y comenzar así un ciclo vital que nos lleva a algún punto donde sentirse a gusto, en armonía contigo mismo y con quien te rodeas.
Pensar así conduce a la reafirmación de compromisos vitales, que se fortalecerán con esa fuerza interna capaz de hacernos cambiar nuestra manera de vernos a nosotros mismos y a los semejantes.
Cambiar la forma de cómo hemos vivido para hacer más confortables los días y los años que nos quedan por vivir es posible no solo en el plano personal, sino en el conjunto, ya que no estamos solos, existen conexiones con las cuales debemos convivir y con ellas integrarnos porque la suma y multiplicación de las ideas es vital para fomentar todo un movimiento como el de “Zero Waste”.
Este movimiento está encaminado a la reducción de la producción residuos, o vida sin residuos o desperdicios, lo cual no es un capricho de algunas personas, es simplemente inspirarse en cambiar los hábitos más nocivos que hemos asumido en el transcurso de nuestras vidas.
No desperdiciar nada y transformarlo todo es parte de la filosofía del Zero Waste. Hacer de este punto el inicio de una cultura que podemos comenzar de manera individual, luego involucrar a las familias y más adelante a los vecinos, y más para allá hacer de esto una política de Estado.
Hacer una rutina de Cero Residuo, es algo así como usted decidir caminar todos los días porque su salud y deseos de vivir se lo demandan.
En el Primer Foro de Consumo Responsable, auspiciado por el ONPECO en junio pasado, este fue uno de los temas tratados, y fue la señora Ginny Heinsen, quien llevo la chispa de la pasión que la motiva a educar sobre este estilo de vida y de consumo.
La cultura del residuo Cero es excelente para la salud de la familia de la ciudad y todo el entorno donde desarrollaremos una vida limpia y libre de gérmenes provocadores de alergias y otras enfermedades.