Las cerezas excelentes para depurar el organismo, liberar toxinas y combatir los radicales libres

Las cerezas excelentes para depurar el organismo, liberar toxinas y combatir los radicales libres

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La cereza es considerada una de las frutas excelentes para depurar el organismo y liberar toxinas rica en hidratos de carbono, vitaminas A y C, potasio, hierro, magnesio, cobre, zinc, fibrasobre, fructosa  y flavonoides, sobre todo antocianos y el ácido elágico del grupo de los polifenoles,  de acción antioxidante y antiséptica, perfectas para combatir las infecciones. Estos antioxidantes bloquean el efecto dañino de los denominados «radicales libres» que son los principales causantes de la aparición de las enfermedades degenerativas, tales como el artritis, el cáncer y el alzheimer, ayuda a enfrentar cuadros reumáticos, fortalece los vasos sanguíneos,
evita la retención de líquidos, es diurética y mejora la salud cardíaca gracias a su alto contenido de potasio, además de mejorar el tránsito intestinal.
Las cerezas son los frutos del cerezo, árboles de la familia de las Rosáceas que alcanzan hasta 20 metros de altura. Esta familia incluye más de 2.000 especies de plantas herbáceas, arbustos y árboles distribuidos por las regiones templadas de todo el mundo. Existen cientos de variedades de cerezas. Sus productores las clasifican por su sabor en dulces o agrias. También existen híbridos de variedades dulces y agrias que pueden comerse tanto frescas como cocinadas en un sin fin de formas. Las cerezas silvestres, clasificadas como frutas agrias, se denominan guindas y son las antecesoras de todas las variedades actuales.

Origen

El origen de esta fruta se sitúa en el Mar Negro y en el Mar Caspio, difundiéndose después hacia Europa y Asia, por medio de las aves y las migraciones humanas. En la actualidad, el cerezo se cultiva en numerosas regiones y países del mundo con clima templado, siendo los países de mayor producción Rusia, Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia y España.
Las variedades más conocidas son cerezas dulces (Prunus avium) o agrias (Prunus cerasus). Dentro de las primeras tenemos las cerezas Napoleón, grandes, crujientes y doradas en su interior, su exterior es de un color  rojo. La Tártara negra es otra variedad de cereza dulce, de color muy oscuro, carne tierna y sabor excepcional.

Características

Forma: son drupas, de forma redondeada, globosa o con figura de corazón. Poseen un hueso globoso y casi liso.
Tamaño y peso: su tamaño oscila según la categoría comercial entre los 13 y los 20 milímetros y tienen un diámetro aproximado de 2 centímetros y un peso de 6-9 gramos.
Color: presenta colores que varían entre el morado oscuro o negro, tonos cremas más pálidos con un ligero rubor rosado y el rojo, en función de la variedad.
Sabor: dulce y jugoso o agrio, sobre todo apreciable en las guindas. Las cerezas para transformación se pueden recolectar mecánicamente mientras que las destinadas al consumo en fresco se recolectan a mano. Se recogen lo más maduras posibles porque el azúcar no aumenta después de la recolección, son frutas no climatéricas.

Propiedades nutritivas 

La cereza es rica en hidratos de carbono, sobre todo fructosa, si bien su valor calórico es moderado respecto de otras frutas. Aporta cantidades significativas de fibra, que mejora el tránsito intestinal. En lo que se refiere a su contenido de vitaminas, están presentes en pequeñas cantidades la provitamina A y la vitamina C.
Lo que en realidad destaca de las cerezas es su contenido en flavonoides(sobre todo antocianos, relacionados con el color característico de estas frutas) y ácido elágico del grupo de los polifenoles, ambos excelentes antioxidantes. Tiene cantidades importantes de potasio y en menor proporción, magnesio y calcio, este último de peor aprovechamiento que el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral. El potasio,  es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
Las cerezas tienen un elevado contenido en antocianosácido elágico, de acción antioxidante y antiséptica; para combatir infecciones. Los antioxidantes bloquean el efecto dañino de los denominados «radicales libres«.

Combate los radicales libres

La respiración en presencia de oxígeno es esencial en la vida celular de nuestro organismo, pero como consecuencia de la misma se producen unas moléculas, los radicales libres, que ocasionan a lo largo de la vida efectos negativos para la salud a través de su capacidad de alterar el ADN ( los genes ), las proteínas y los lípidos o grasas (oxidación). En nuestro cuerpo existen células que se renuevan continuamente (de la piel, del intestino..) y otras que no (células del hígado…). Con los años, los radicales libres aumentan el riesgo de que se produzcan alteraciones genéticas sobre las primeras, favoreciendo el desarrollo de cáncer o bien, reducen la funcionalidad de las segundas, lo que es característico del proceso de envejecimiento.
Existen determinadas situaciones que aumentan la producción de radicales libres  entre ellos: el ejercicio físico intenso, la contaminación ambiental, el tabaquismo, las infecciones, situaciones de estrés, dietas ricas en grasas y la sobre exposición a las radiaciones solares.
La relación entre antioxidantes y enfermedades cardiovasculares, es hoy una afirmación bien sustentada. Se sabe que es la modificación del llamado «mal colesterol» (LDL-c), la que desempeña un papel fundamental tanto en la iniciación como en el desarrollo de la Aterosclerosis (enfermedad que consiste en un engrosamiento y dureza anormal de las cubiertas internas de los vasos sanguíneos, debido a un depósito de material graso y células, que impide o dificulta el paso de la sangre).
Los antioxidantes pueden bloquear los radicales libres que modifican el llamado mal colesterol, contribuyendo a reducir el riesgo cardiovascular y cerebrovascular. Por otro lado, los bajos niveles de antioxidantes constituyen un factor de riesgo para ciertos tipos de cáncer y de enfermedades degenerativas.
Por su abundancia de potasio  el consumo de cerezas se ha de hacer con moderación en caso de insuficiencia renal, en la que el aporte de potasio stá restringido. Sin embargo, por su alto contenido en agua y potasio, posee un efecto diurético beneficioso en caso de hiperuricemia o gota y litiasis o cálculos renales (facilitan la eliminación de ácido úrico y sus sales), hipertensión arterial u otras enfermedades asociadas a retención de líquidos.
También conviene su consumo cuando se emplean diuréticos que eliminan dicho mineral, y en caso de bulimia debido a los episodios de vómitos autoinducidos que originan grandes pérdidas. Su contenido de fibra le confiere propiedades laxantes. La fibra previene o mejora el estreñimiento, contribuye a reducir las tasas de colesterol en sangre y al buen control de la glucemia (niveles de azúcar en sangre) en las personas que tienen diabetes.
No obstante, las cerezas más tardías tienen mayor contenido en azúcares por lo que las personas con diabetes y quienes llevan a cabo regímenes para perder peso deberán tener en cuenta su ración de consumo.
El ácido oxálico que contienen las cerezas puede formar sales con ciertos minerales como el calcio y formar oxalato cálcico, por lo que su consumo se ha de tener en cuenta si se padecen este tipo de cálculos renales, ya que se podría agravar la situación.

Por qué comer cerezas

Al ser una de las frutas más dulces, se han considerado alimento con muchas calorías y su consumo se ha evitado en determinadas dietas, en especial, en caso de diabetes y obesidad. Tras un análisis dietético serio, se puede asegurar que en estas afirmaciones no hay nada de fundamento, ya que a pesar de ser dulces, el contenido en azúcares naturales de las cerezas, fructosa, y por ende en calorías, no es superior al de frutas comunes como manzanas, mandarinas o peras.
La sinergia de todos estos componentes redunda en beneficios para la salud de la piel, mejora el tránsito intestinal, es bueno para la tensión arterial, previene deficiencias. En definitiva, permite una dieta más variada, gustosa, completa y equilibrada.
Cerezas son ricas y sanas, además de frescas al natural, las cerezas resultan muy sabrosas en jugo, ensaladas o mermelada, provee al organismo de ácido fólico (muy interesante en el embarazo y la infancia), por contener fibra, fotoquímicos antioxidantes y minerales como el potasio y el magnesio.

Razones para ingerirla

A-Es una fruta dulce apta para diabéticos: Las cerezas, junto con el plátano, las uvas y los higos, han estado durante muchos años desterrados de la dieta de las personas con diabetes. Hoy se sabe con absoluta certeza que todas las frutas tienen cabida en ambos tipos de situaciones. La clave para disfrutar del sabor y las propiedades nutricionales de la fruta está en ser comedido con la cantidad: la ración media de fruta oscila entre 150 y 180 gramos y un poco menos para las más calóricas, de 100 a 120 gramos. En el caso particular de las cerezas, 100 gramos proporcionan 10 gramos de azúcares, una cantidad similar a la de multitud de frutas, como el kiwi, mandarina, naranja, manzana o pera.

B-Las Calorías: junto con los azúcares son el motivo principal de preocupación de quienes están a dieta y se privan de las cerezas, a la vez que se decantan por otras frutas. Las calorías en las frutas tienen su origen, en mayor medida, en el contenido en azúcares. Se ha constatado que las cerezas no son más calóricas que  las otras frutas, por lo que un puñado de 10 cerezas (50 gramos) aporta tan solo 24 calorías y multitud de fitoquímicos antioxidantes, variedad de vitaminas y de minerales.

C-Antioxidantes para una piel nutrida y cuidada: Las cerezas son frutas que destacan por su riqueza en antioxidantes, compuestos que tiñen de rojo su pulpa y su piel. Los antioxidantes hacen una labor intensa en el cuidado de la piel. Por un lado, ayudan a mantener la tersura y nutrición y, por otro, contrarrestan los efectos dañinos y de envejecimiento prematuro de los rayos del sol sobre la dermis. Comer un puñado de cerezas cada día, es bueno para nutrir la piel y prepararla para el sol del verano.

D-Tallos de cereza: son un diurético natural. Los tallos de las cerezas, tomados en infusión o en polvo, han demostrado un efecto diurético en distintas investigaciones. Su ingesta se asocia a un aumento leve del volumen de orina. No obstante, los estudios coinciden en señalar que su uso atenderá a la recomendación de un especialista, una vez que se haya demostrado la necesidad de aumentar la diuresis y no haya situaciones que puedan agravarse, en caso de urolitiasis, cálculos o piedras en el interior de los riñones o de las vías urinarias.

E-Cerezas para combatir el sueño: Las cerezas contienen melatonina, además de triptófano y serotonina, según informa el grupo de investigación en neuroinmunofisiología y crononutrición, estos compuestos están relacionados con mejorar los ciclos de sueño y con la sensación de relajación.

F-Ácido fólico para las embarazadas: Un puñado de 150 gramos netos de cerezas proporciona unos 50 microgramos de ácido fólico, lo que contribuye en un 10% a satisfacer las necesidades vitamínicas durante los meses de embarazo. El jugo, batido o crema de cerezas mezcladas con fresas o frambuesas y con jugo de naranja multiplica por tres el contenido de ácido fólico y puede ser un refrigerio refrescante que acompañe al desayuno, el almuerzo o la cena.

G-Cerezas para la hipertensión: El consumo de diuréticos, fármacos comunes en el tratamiento de la hipertensión arterial, tiene como efecto secundario una mayor eliminación de potasio, que se pierde por la orina. Si las pérdidas no se compensan con una adecuada ingesta, se corre el riesgo de sufrir su carencia. La falta de potasio puede provocar debilidad de los músculos, taquicardia, sed y falta de apetito. Las cerezas son, junto con el plátano, el melón, la uva y los albaricoques, las frutas que más potasio contienen.

H-Cerezas para una rápida recuperación muscular: Las cerezas por su riqueza en antocianinas antioxidantes, es  una fruta idónea para acelerar la recuperación muscular de los atletas tras una dura sesión. Los resultados llegan de la mano de investigadores de la London South Bank University, en Reino Unido, que publicaron el estudio en «Medicine and Science in Sports and Exercise». Los atletas recibieron un complemento antioxidante a base de jugo de cereza ácida dos veces al día, una semana antes y dos días después de un intenso entrenamiento. La recuperación de los atletas después de tomar este complemento fue significativamente más rápida, en comparación con quienes tomaron otros productos sin el mismo contenido de fitoquímicos del jugo de cereza. Por ello, comer frutos rojos ricos en antioxidantes puede disminuir el daño oxidativo en los músculos y permitir una recuperación más rápida.

Fuentes: Wikipedia, Botanical-online, Consumer.es

Por Plinio Polanco

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